sábado, 7 de noviembre de 2020

El duelo

In memorian

Adriana B. (1977-2020)



Apenas hace unas horas hablamos. Me contabas como había estado tu día, de lo orgullosa que estabas con seguir el tratamiento, los momentos que tu familia, después de tanto tiempo, comprendía tu situación y como sustancialmente comenzabas a perdonar. Principalmente la compañía con Lucía que habías conocido hace más de un año y que disfrutabas su compañía, inclusive contemplaste la posibilidad de formalizar una relación con ella hace algunos meses pero nunca mencionaste por qué no lo hiciste y siempre respeté tus silencios hasta que tu decidieras platicar sobre ello, ahora entiendo...

Durante el penúltimo mensaje, te leí y sentí alegría que poco a poco fueras superando esos años de violencia, de depresión, de enfermedad... pero tu último mensaje me dejó helado a pesar de mi fascinación por la muerte, redactaba cuando llegó, en automático estiré mi brazo al teléfono y lo desplegué, al leerlo me quedé fuera de sí por unos momentos y lo releeí, palabra por palabra como aquella vez que me preguntaste sobre de lo que trataba aquel libro de Francine Proust, te burlaste leyendo palabras y después marcando las sílabas. Leí de nuevo. Te envié mensajes por uno, otro y todos los servicios de mensajería que compartimos; ninguno llegó. Mi corazón de agolpó y activé la red de apoyo comenzando con tu hermana, la más amada por ti... Me confirmó la noticia, fue un golpe enorme, quedé abismado ¿por qué no me había dado cuenta? Después empecé a reconstruir lo hechos, la razón por la extendiste la conversación mucho más de lo habitual, de los temas que hablamos además de lo cotidiano, también de las grandes preocupaciones del ser humano: la vida, la muerte y el amor. Nos despedimos normalmente, como era costumbre, no hubo nada diferente, nada que me dijera algo más de lo que ocurriría después.

Apoyé a tu familia a través de tu hermana. La escuché y ví a través de videollamada, estaba destrozada. Le pregunté si Lucía ya le habían avisado, esa mujer, le percibía que te amaba con mucha intensidad; me dijo tu hermana que sí le informaron. Me despedí de ella y le comenté que estaría en contacto para el sepelio, tan lejos te fuiste a vivir, así convenía para tu tratamiento, que el adiós será a la distancia; eso me pesa. Ya en la soledad del momento, ahora yo necesito apoyo, generalmente eso no ocurre, el significado de mi nombre pesa mucho, de aquel que preferías más que el segundo o combinado, tal vez tengas razón cuando me decías que soy el aliento de muchos; no lo sé pero ahora yo necesito de eso. La última parte de tu mensaje, tu último deseo, lo estoy pensando aún, me otorgaste la elección de elegir y no sé si deba. Salgo un momento, decidiré más tarde.

Ya decidí, transcribo tu mensaje.

"Pepe, querido mío. Cuando recibas este mensaje ya no estaré presente, por lo menos mi cuerpo porque dicen que el alma, como en ocasiones hemos platicado, es eterna; así que, estaré viajando a otro lugar, no sé a dónde pero ya me iré. Sé que no lo esperabas, pido disculpas por lo que te estoy haciendo sentir en estos momentos pero ya esto es insorportable y no puedo más, por eso mi decisión. Lo pensé por mucho tiempo y realmente creo que no se dieron cuenta de mis intenciones porque solo tres personas son con las que me siento bien, una gran alegría convivir con ustedes y en esos momentos no había por qué preocuparse, uno de ellos eres tú, las otras dos son Vero y Lucía, ¡Ay, Lucía! Mi pequeña Lucía, la amo tanto que no quise que sufriera por mi enfermedad por nada del mundo, al final tampoco lo soportaría y con el tiempo se alejaría, tampoco yo podría haberlo resistido si pasara eso. Ya les he mandado mensaje, esa característica que me enseñaste del Telegram es maravillosa y conveniente para lo que haré, programar el mensaje me da la oportunidad de despedirme de las tres personas más importantes en mi vida: Vero, Lucía y Tú.

"Gracias Pepe por ese apoyo incondicional, has sido un gran soporte durante todos estos años, una gran persona, un buen hombre, noble, sensible, raro, esto es indiscutible, humano como en tu modificación al Canto V del Maldoror y que usas como lema, especial tanto que si no tuviera preferencia por las mujeres te hubiera conquistado, sé que no te gusta esa palabra pero conquistarte es la palabra correcta, no por lo que hay que alcanzar sino por la actitud que se debe tomar contigo, por eso muchas mujeres sienten que no pueden: esperan ser conquistadas, no conquistar. Ya vendrá quien te conquiste, si no es que ya llegó, ese inusual aumento de sensibilidad en los últimos meses me da mucha sospecha pero no dices nada, adoro tu discreción y tu respeto a los silencios, eso es propio de ti pero también tus silencios, muchos te considerarían de cuidado solo hasta que deciden conocerte mejor, son pocos y me agrada ser una de esas personas. Mi amigo, mi confidente, aunque para este evento que ocurrirá no, eso no quiere decir que no lo has sido, gracias, gracias, muchas gracias por todo.

"Ya solo me falta una cosa, aportarte algo más. Sé que el dolor te va acompañar en el momento que recibas este mensaje y sé que todos tus sentimientos los vuelcas en la escritura, deseo, si también así lo quieres, lo que escribas en tu proceso de duelo incluyas este mensaje. ¿Las razones? Tal vez no con "el peso argumentativo suficiente", utilizando tus propias palabras, pero sí con unas ideas básicas: la primera, lo que escribas necesita ser contextualizado y ese mensaje tiene esa función para que no quede incompleto (leí todos los libros sobre escritura que me compartiste); segundo, que las personas sepan que eres un gran amigo que me acompañó en los momentos más oscuros y siempre buscó que no cayera más abajo, eso no quiere decir que fallaste, lo que ocurrirá es mi decisión, otra cosa que me gusta de ti es ese respeto por la decisión de otros a no ser que se esté en peligro como en muchas ocasiones me pasó y estuviste ahí, por eso no te incluí en esto último, hubieras hecho lo imposible por evitar que ocurriera; tercero, nunca escribiste para mí, eso creo que lo tienes reservado para algunas personas, muy probablemente especialmente a una, no me molesta, por eso te estoy "obligando", aunque he dicho que si tu quieres, y pueda trascender en tus palabras, será un último regalo para mí aunque deseo que sólo se incluya mi nombre y tal vez la inicial de mi apellido, ya lo decidirás si incluyes este mensaje.

"Debo despedirme ya. Gracias Pepe por todo, muchas gracias, eres una de las tres personas que he amado mucho, están en mi corazón tú, Vero y Lucía.

"Tu amiga eterna, Adriana".

Tus palabras están incluidas. Buen viaje por el río Adriana, algún día nos encontraremos de nuevo.
 

 José Daniel Guerrero Gálvez
 Oquitzin Azcatl

jueves, 15 de octubre de 2020

Eres perfecta

Observaba como sus cabellos reflejaban la rebeldía de su carácter, sonreía admirándolos. Sus ojos marrones donde se perdía cada día con solo mirarlos, los leía detenidamente en cada expresión de su alma y él sonreía. Su personalidad tan humana, llena de claroscuros, de gran nobleza, de ímpetu sin igual, para muchos extraña pero para él, excepcional. Él sonreía y la escuchaba con suma atención. En un momento, la tomó de las manos, mirando a sus ojos, acariciándola tiernamente con los suyos, le dijo: eres perfecta.

domingo, 11 de octubre de 2020

Amor entre dos

Sentados en una mesa los observo, coquetearse en otoño como si fuera primavera. Si les pregunto, negarían todo y afirmarían que amigos nada más pero su lenguaje, aquel que solo ellos conocen delatan entre miradas, roces de manos e inflexiones de voz el deseo de la atracción perenne de dos almas que se encuentran y se ponen al día. Se besan con los ojos, se erotizan con las manos, su energía fluye, sonrío mientras los veo y mi botella de cerveza se vacía un poco más. Ahora les toca cultivar el amor que nace, esa historia no me toca contar, la mía termina aquí.

sábado, 3 de octubre de 2020

Efímero momento

Efímero momento en tu vida,
fugaz luz en tu existencia,
el ocaso se extingue,
mi paso es breve.

Escribo hoy

Escribo hoy para ti,
estás lejos y cerca,
no sé cuán cerca o lejos
estoy de ti.

¿Dónde estás amada mía?

 ¿Dónde estás amada mía?
Mi corazón te busca, mi mente te piensa.
¿Dónde estás amor mío?
La luz es tenue, penetrante oscuridad.
¿Dónde pertenezco, adorada mía?
El tiempo, el espacio, no existe.

Grito del alma

Grito y ahogo
en plena alma,
sobrio de alcohol
en contra ley

Alma en llanto
en desconsuelo,
sombríos parajes
cubren en lares.

viernes, 25 de septiembre de 2020

La noche, llueve

La noche, llueve, rememoro tu nombre. Siento las gotas de lluvia, dibujan tu rostro mientras caen, suspiro; siempre el suspiro que te engrandece en mi ser y te tatúas en mí.

Sirven el café, el aroma me invade, cierro los ojos, la canela llena mis sentidos y me transporta a cada lugar que hemos visitado. Los recuerdos me invaden, mi corazón se estruja, no sé por qué.

La lluvia arrecia, a la puerta de la cafetería abro el paraguas y camino sin rumbo.

jueves, 24 de septiembre de 2020

Lluvias de verano

Escribir, escribirte, escribirnos;
de ir, venir y encontrarnos;
amada, amado, amándonos
desde las lluvias de verano.

domingo, 13 de septiembre de 2020

Inalcanzable

 —Si lo amo con todas mis fuerzas por qué me trata así —ella sollozaba mientras él la escuchaba— si lo adoro, lo quiero, lo amo.

Él le pasó un poco de papel para secar sus lágrimas mientras la veía con mucha congoja.

—¿Pero por qué lo permites? —Le pregunta.

—No lo sé, es que lo amo mucho y sé... —suelta el llanto de nuevo.

—¿Qué te ama también? —él completa la frase y ella asiente mientras limpia su nariz. La observa y desvía la mirada hacia un vacío como si una idea estuviera ahí, la ve de nuevo, a ella y su sufrimiento, duda de pronto pero al final levanta la ceja en señal de determinación.

—Hace muchos años, recuerdo este sujeto... 

—Era tu amigo. —Lo interrumpe, él la observa, sabe muy bien cuál es la intención de esa expresión.

—Acabas de decirlo: era; por razones evidentes ya no lo es 

Ella asienta. Él continúa.

—Este sujeto y yo estábamos interesados en ti hace tiempo, lo escogiste a él a pesar que sabías cómo era y lo que comenzabas a vivir con él. A pesar de la clara superioridad en calidad humana y en otros aspectos que tienes frente a él, decidiste estar con el más nefasto si me tenías a mí.

—Tú eres inalcanzable —dijo ella sin vacilar.

Él recibió el empalamiento con suma tranquilidad, sereno, impasible, estoico,  mientras la observaba detenidamente esperando que reaccionara. Ella lo vio, confundida, no esperaba ni ella misma la respuesta que acaba de decir; tampoco él.

—¿Acabas de escuchar lo que has dicho? 

Guardo silencio, abrió lo ojos, enormes, su mirada reflejaba que había descubierto algo que no había percibido antes, una epifanía probablemente.

—Sí... Mi autoestima —dijo ella mientras limpiaba ahora sus lágrimas. 

Él sonrío y la miro con mucho cariño. Ella lo ve y sonríe tímidamente.

—Gracias.

—Un placer.

martes, 8 de septiembre de 2020

Intenciones

Él se levantó de la silla y se dirigió a la mesa donde ella se encontraba. Su escote permitía observar la suave delinación de su espalda desnuda. Él, con sus ojos café oscuro que parecían negros como de gato al acecho, la dibujaba con su mirada rodeando hasta que sus ojos se encontraron.
 
—Permítame señorita acariciar con mis palabras su cuerpo y elevar su espíritu a los cielos —le dijo mientras sus ojos completaban con otras palabras el deseo de sus intenciones.

domingo, 21 de junio de 2020

Macedonia

La vista a través del cristal de la ventanilla mostraba el ambiente cambiante de la travesía. Anochecía, los recuerdos de bellos amaneceres y atardeceres, de flores y retratos lo colman. Sonríe, su corazón late y siente como recorre la sangre en su cuerpo, igual al calor de otra piel. Sonríe de nuevo y observa a lo lejos un rayo, la advertencia de una tormenta que se avecina. No le importa, no por lo menos como un inconveniente, es un hecho, uno igual que lo coloca ahí sentado, recorriendo la ruta que lo dirije a su destino. Se detiene un momento y reflexiona el significado de esa palabra. En estas circunstancias era evidente que se refería a un lugar pero su mente lo traslada a otro significante, uno que invita a la idea de fuerzas desconocidas. 

Sus recuerdos lo trasladan cuatro años antes y se pregunta si todo esos hechos ocurridos a lo largo de ese tiempo lo ubicaron en este presente, sentado, observando y en camino hacia un lugar que considera un paraíso; su paraíso. Sonríe convencido que estos lo llevaron a estar en este momento preciso y lo que hará, lo llevará, no a otro destino, sino al suyo. De nuevo sonríe mientras las grandes gotas golpean fuertemente o por lo menos así se aprecia en la ventanilla, suceso que no dificulta el viaje y si así fuera, aun llegaría. 

Se reclina en su asiento, cierra los ojos, imagina un rostro, un lugar, bellos paisajes, animales, café, la cotidianidad, no duerme pero sueña, sonríe otra vez, se pierde en los sentimientos y pensamientos que desde hace meses se consolidan día a día, que pintan de absolutos, infinitos y eternos. Se deja fluir, tranquilamente, sutilmente mientras que cada minuto lo acercan más a Macedonia.

domingo, 31 de mayo de 2020

Un día antes

Muchos están hastiados con lo de la pandemia, también que la incertidumbre es algo difícil de manejar cuando se ve atentada la forma de vida de "siempre" pero así es la naturaleza, así son las enfermedades, evolucionan de manera gradual pero hemos olvidado que formamos parte de todo un sistema biológico y pensamos que dentro de nuestra burbuja urbana y colectiva nos exenta de todo lo demás. Este virus nos ha mostrado nuevamente que no, como todos los demás que han ocurrido (la peste española, la peste negra y otras más) pero no hemos entendido, el ser humano es el único ser viviente que cae más de una vez con la misma piedra; es un hecho.

Mañana (junio 1, 2020), dentro de unas cuantas horas terminará la Campaña de Sana Distancia en México, no pienso en un acto de responsabilidad sino de encrucijada pues considerando que la estructura de nuestras sociedades se fundamentan en el consumo, detener el flujo de este implica no suministrar los insumos básicos de la vida debido a la sectorización mucho debido a la división del trabajo del sistema económico-politico-social, por su nombre: capitalismo; por otra parte, la salud que implica la propia existencia, atentada, frágil, incierta ante un ente invisible pero eficiente en su transmisión y en muchas ocasiones implacable para terminar con la vida. Ante estas dos alternativas, la decisión es difícil, por una parte, trabajar para comer y no morir; otra, cuidar la salud para poder ir trabajar y vivir. Esto se ha reflejado en la contradicción entre los que salen por su propio riesgo y los se reguardan en casa en un contexto matizado de desinformación alimentado por estereotipos y prejuicios de los cuales nadie se salva.

El peligro está latente, es muy probable que el comportamiento produzca un aumento en los infectados desde mañana, tal como sucedió en esta semana después del Memorial Day (mayo 25, 2020) en Estados Unidos y aunque las comparaciones no son buenas dicen, es un hecho que el Mundo ha optado por seguir el American Life Style y siguiendo la Teoría de la Reproducción Social de Bordieu, el comportamiento podría replicarse en México no en medio de un alto riesgo sino por la encrucijada entre salud y economía donde el hambre para algunos y en otros, por el estilo de vida, se debaten, lo cual comprobará una hipótesis propia argumentada hace algunos días, que la libertad individual fomentada por el mismo sistema en detrimento a la libertad colectiva provocará un rebrote del SARS-CoV2 en México que lo dirigirá a encrudecer las medidas sanitarias, inclusive en la suspensión de algunas garantías individuales extendiendo la pandemia a más de seis meses considerando la temporada invernal; hipótesis la cual se espera sea negativa.

El virus aún continuará y mutará (hasta este momento en cuatro variaciones) y el ser humano estará pero necesariamente con la idea de replantearse el rol que tiene y tendrá ante las problemáticas derivadas de su organización económico-político-social actual y su vínculo con la naturaleza.

lunes, 6 de abril de 2020

El viaje

—¿Ya viste el meme de Comala?

—No —responde y ella inmediatamente le muestra el celular. Él sonríe.

—Tal vez en realidad estamos muertos —le dice él. Ella lo observa y sonríe, lo toma de la mano.

—Todos somos Comala —afirma ella con firmeza.

—Sí, no lo dudo, somos los únicos que viajamos en el autobús —el voltea a ver hacia atrás y lo confirma. Voltea a verla, sonríen ambos de complicidad— podría ser Pedro Páramo —termina diciendo.

—¿Si yo lo fuera? —pregunta ella.

—Entonces yo sería Susana San Juan —se ven a los ojos con la misma intensidad de siempre. Ella lleva un dije al cuello, donde se engarzan dos letras iniciales, al centro una manzana y un clavel. Él lo observa y después la ve a ella, con sus profundos ojos cafés, infinitos, eternos esbozando una traviesa sonrisa. Él sonríe también y se pierde en sus ojos. De pronto, llama su atención algo.

—Ya llegamos a Nueva Comala.

—¿Cómo sabes? —pregunta ella.

—Acabamos de pasar el arco donde dice: Bienvenidos a la Ciudad de México.

viernes, 3 de abril de 2020

Moriré, viviré

Mañana moriré, no lo sé. Si viviré más, tampoco lo sé. Me levantaré temprano para terminar lo que empecé, en el peligro de un virus con coronas, con el pánico de la gente y su irracionalidad de saqueo reprimido o no, también de su apatía y excesiva confianza, con su falta de discernimiento y su incoherencia, de sus virtudes simuladas debido al miedo. La vida así sigue una lógica: si me han de matar mañana que me maten de una vez.

martes, 4 de febrero de 2020

El amor perfecto

Y entonces, escribió todas esas cosas que siente por ella, también actitudes y comportamientos, era un hecho, estaba enamorado pero no en esas condiciones que a muchos embrutecen; sino el más puro, auténtico, genuino sentimiento. No sabía si debía llamarlo amor, por lo menos no del tipo que observaba en los demás, este era diferente, único,  magnífico, extraordinario. Se preguntó si esto era en realidad amor. 

Pensativo, mientras tomaba el asiento de su café y pedía otro más, recordó de pronto una frase de Antonio Gala, la escribió lentamente como si cada letra desentrañara un secreto de gran importancia y hasta ahora develado. Al terminar de escribir, leyó la frase, también lentamente, palabra por palabra, se le escuchaba repetirlas tan bajo que no era inteligible. Recargó su cuerpo sobre el respaldo de su asiento dejando ver su escritura y la frase, en todas sus letras, en todas sus palabras, en todo su significado: «El amor perfecto es una amistad con momentos eróticos».

viernes, 31 de enero de 2020

¡Ganó el avión presidencial!

Relato para el concurso De ficción a ficción convocado por Letras Libres el 17 de enero de 2020.

I

Cuando despertó, descubrió que había ganado el avión presidencial. No podía creerlo, volvió a leer el mensaje que le envió un amigo avisando sobre el número ganador. Se levantó con sumo cuidado y abrió el cajón donde guardó el billete. Efectivamente, era el número, no había duda. Lo guardó de nuevo, hasta el fondo, cuidando que la ropa lo cubriera bien. Siempre jugó a la lotería y a los pronósticos, nunca se había sacado más que reintegros pero ahora le pegó al gordo con el avión presidencial. Era como ganarse el pavo de fin de año o la despensa de la empresa... qué haría con ese aparato, ¿rifarlo? Se rió silenciosamente.

— ¡Jorge, ya casi está el desayuno! —Se escuchó gritar a Sandra, su esposa.

— ¡Voy!

Salió de la habitación, en pocos pasos se encontró en el comedor, ahí ya se encontraban Alicia, Óscar y el pequeño Diego, sus hijos. Los saluda pero apenas responden, los dos más grandes embebidos en los teléfonos celulares y el pequeño de dos años entretenido con el plato y la cuchara. Él continúa hacia la cocina donde está Sandra, su esposa.

—Buenos días. ¿Cómo amaneciste? —le besa en la mejilla.

—Bien. Gracias. Buenos días —Sandra lo voltea ver— ¿qué tienes? Tu cara de preocupación. ¿Pasa algo?

—Nada, nada.

—¿Nada? Siempre me dices que decir nada es decirlo todo.

La observa, la hace una mueca, toma lo platos y se dirige al comedor. Mientras los coloca, Sandra llega con la cacerola del desayuno y comienza a servir.

—Entonces, ¿qué tienes? —De nuevo pregunta Sandra.

—Nada —responde Jorge.

Óscar golpea a su hermana haciéndole un ademán con el rostro a que atendiera a sus padres. Alicia, observa a su hermano y después a Jorge y a Sandra, ambos guardan sus celulares.

—Esto se va a poner bueno —dice Óscar en voz baja.

—Te apuesto un peso a que gana mamá —le comenta Alicia a Óscar.

Sandra termina de servir y se sienta. Suena la notificación de mensaje del teléfono de Jorge. Lo abre, lo lee y deja el celular en la mesa.

—Jorge, si en serio no es nada porque la cara de preocupación al leer el mensaje. ¿De quién es?

—De Miguel, un compañero de trabajo, quiere que le dé una información —responde.

—¿Y esa información te produce esa preocupación? —pregunta Sandra.

—Sí —Jorge guarda silencio y continua— es el número de un boleto de lotería... el del avión presidencial.

—¡Ay no ma... nos ganamos el avión presidencial! —exclama Óscar.

—¡Qué! —exclama también Alicia.

El pequeño Diego los observa y sigue jugando con su comida. Sandra y Jorge, los ven apenas reconociendo lo que acaban de decir y vuelven a su conversación.

—¿Cuándo lo compraste y por qué no me dijiste? —reclama Sandra.

—Fue sin pensar. Me dejé llevar por la inercia de los compañeros, el juego y bueno, como siempre compro sin comentar que lo hice pues no te dije —respondió Jorge.

—¿Y dónde está el boleto?

—En el cajón de la ropa interior, en el fondo —responde Jorge.

—De mi lado o de tu lado.

—De tu lado.

—¿De mi lado? ¿Por qué ahí? —responde Sandra y se dirige a la recámara.

—Creo que papá está evadiendo la realidad de haber ganado el avión presidencial —comenta Alicia

—Ahora tú, muy psicóloga —le dice Óscar a Alicia en torno de burla.

—¡Claro! La ventaja de pertenecer a varias páginas de psicología en las redes —dice Alicia con aire triunfante.

Sandra regresa, lentamente camina con el billete de lotería en la mano y celular en la otra hasta llegar al comedor.

—Efectivamente, ganaste el avión presidencial.

—Te digo —le responde Jorge.

—Y ahora qué vamos a hacer —dice Óscar.

—Bueno antes que todo hay que considerar que papa es un amlover reprimido — comenta Alicia. Óscar ríe sarcásticamente.

Sandra y Jorge la voltean a ver, la reprenden con los ojos. Alicia queda en silencio.

—Papá Lover —se escucha decir a Diego que en toda esta situación estaba ignorado en la periquera con su desayuno. Alicia y Óscar sueltan la carcajada mientras Sandra se acerca para verlo y mientras Jorge la observa, mueve la cabeza.

—En eso tiene razón Alicia —dice Sandra— tú no estás de acuerdo con este gobierno, ¿por qué comprar el billete?

—Me pareció buena idea y solidaridad, simplemente —contesta Jorge.

—Definitivamente papá es un amlover —le dice Óscar en voz baja a Alicia. Ella lo ve y levanta su dedo pulgar.

—¿Solidaridad? —replica Sandra.

—Sí, mamá. El presidente Lázaro Cárdenas hizo lo mismo, solicitó apoyo a la población para comprar Petróleos Mexicanos —dijo Óscar con aire de solemnidad.

—Ay sí, tú muy historiador —le dice Alicia en tono burlón.

—Claro, la ventaja de seguir páginas de historia en las redes —le dice con aire de triunfo.

—Como sea —interrumpe Sandra —¿qué vamos a hacer con el avión?

—No sé. ¿Venderlo? —responde Jorge.

—Jorge, si el gobierno no logró venderlo, ¿crees que nosotros sí?

—Sí, lo sé —reconoce Jorge.

—De dónde vamos a sacar para el mantenimiento, el hangar, los pilotos, el combustible y no sé qué otras cosas necesita ese aparato. Vivimos en un multifamiliar, ni cajón de estacionamiento tenemos, irónicamente tenemos un avión —dice molesta Sandra. Hay silencio.

Óscar se dirige a la ventana movido por la curiosidad del ruido inusual en la calle, ve a través y dice.

—¡Papá! ¿A quién le dijiste que ganaste el avión presidencial?

—A nadie. Solo comenté a los compañeros que compré el billete después que pasé al expendio, aquí en la esquina... —se queda pensando— ¡no puede ser! —se dirige a la ventana, detrás de él Sandra y Alicia, exclama— ya me llevó la ... —Jorge se aleja de la ventana, enojado, se dirige a la recámara.

Sandra, Óscar y Alicia siguen viendo hacia fuera y de pronto Alicia pregunta.

—¿Por qué aparecen tres puntos suspensivos cuando papá..? —Sandra la interrumpe.

—Se llama autocensura relacionado con lo políticamente correcto y la libertad de expresión; no solo se da entre las personas, es una práctica en cualquier medio de comunicación.

—¿Cómo sabes? —pregunta Óscar.

—Televisión cultural, las noticias y la mañanera —los queda viendo— no se atrevan a decir algo, no serán nada agradables las consecuencias. —Los dos muchachos quedaron callados ante la advertencia. Sandra sigue observando a través de la ventana—. Creo que su papá ya es famoso.

Suena el timbre, Sandra se aleja de la ventana y se dirige a la puerta para abrirla. Al hacerlo, dos hombres se presentan.

—Somos representantes del gobierno y tenemos la certeza que su familia fue ganadora del avión presidencial ¿Esta es la casa de la familia Guajardo?

—Sí —responde Sandra. Óscar y Alicia se encuentran detrás de ella, observando. El pequeño Diego, sigue jugando con su comida en la periquera.

—¿Tiene el billete ganador?

—Sí —de nuevo responde Sandra. En ese momento sale Jorge, al observar a los dos visitantes, de inmediato deduce y solo exclama.

—Me lleva de nuevo la ... —Alicia y Óscar se ven entre sí.

—Sr. Guajardo —dice uno de los representantes— nos gustaría que usted y su familia nos acompañaran al acto previsto para el ganador del avión presidencial, el transporte nos espera.

II

La familia Guajardo se encuentra en el sofá frente al televisor. Sandra con el pequeño Diego en brazos duermen a un costado de Jorge; del otro lado se encuentran Alicia y Óscar también durmiendo. Las noticias hacen el recuento del acto de entrega simbólica del avión presidencial.

—Con esto, se recupera el valor y se cumple el compromiso... —se escucha en el televisor.

—Claro, transfirieron la responsabilidad a otro —dice molesto Jorge.

—La sensación fue el pequeño Diego que se refirió a su papá como papá lover.

—No me la voy a acabar en el trabajo —espeta de nuevo Jorge.

—Yo no entiendo porque compraste el billete si odias a este gobierno —se escucha decir a Sandra mientras se acomoda en el hombro de su marido. Jorge suspira de resignación.

—En estos momentos la Secretaría de Hacienda informa que llegó una solicitud de compra para el avión.

Sandra abre los ojos, ve al televisor y dice.

—Suena a complot —vuelve a acomodarse. Jorge de nuevo suspira de resignación.

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Ollin Tlatoa por José Daniel Guerrero Gálvez se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.
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