sábado, 1 de diciembre de 2018

Entre dos ciudadanías: activa o pasiva.

México está sufriendo una transformación, de eso no hay duda. Con el cambio de la titularidad del Poder Ejecutivo este primer día de diciembre (2018), en los discursos que el Presidente de México ofreció en el Congreso de la Unión y después en La Plaza de la Constitución en la Ciudad de México ha indicado de manera más precisa el proyecto de la cuarta transformación. Y qué sí lo es, al final de su segundo discurso menciona un punto importante como conclusión, el apoyo del Pueblo para lograr las transformaciones del país y que sin este, los conservadores lo apabullarían. Ahí está el punto central, en el concepto de ciudadanía y es responsabilidad directa de la Nación Mexicana. 

Hay dos tipos de ciudadanía: la activa y la pasiva; la griega y la romana respectivamente (Savater, 2007, pág. 11). Para el primer caso, Savater menciona que al ciudadano le "... implicaba y exigía la actividad política, la colaboración en la toma de decisiones [si no] participaba [...] era considerado [...] alguien reducido simplemente a su particularidad y por tanto incapaz de comprender su condición necesariamente social y vivirla como una forma de libertad" (ibíd, pág. 11-12); en el segundo caso, se reconocen "... los derechos a quienes la ostentaban [...] pero no el de participar en el gobierno [en la política,] que estaba restringido [...] a las clases altas" (ibíd, pág. 12).

Evidentemente, en la sociedad mexicana durante mucho tiempo, su vida política se ha caracterizado al estilo romano, como menciona Savater: "... alienta [al ciudadano] a reclamar beneficios y protecciones por parte del Estado [...] pero se desalienta la intervención en política" (ibíd). Con esta nueva gestión de gobierno, la situación cambia porque se demanda a la población mexicana una postura más activa en política, más al estilo griego lo que implica una participación y que se manifiesta en la conclusión del discurso referido. 

Esa es la primera situación de transformación y le corresponde a la Nación Mexicana trabajar en esta como se ha mencionado antes, por supuesto cuidando no desviarse en las perversiones de la política al modo griego: ser consumidor o feligrés (ibíd, pág. 13). Aunque en el caso de México, estas ya se reflejaron en la política pasiva de sus ciudadanos lo que implica un aspecto específico que se debe combatir con una intensa formación de cultura política.

Bibliografía

Savater, F. (2007). Diccionario del ciudadano sin miedo a saber. España: Ariel.
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Ollin Tlatoa por José Daniel Guerrero Gálvez se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.
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