Intenciones

Él se levantó de la silla y se dirigió a la mesa donde ella se encontraba. Su escote permitía observar la suave delinación de su espalda desnuda. Él, con sus ojos café oscuro que parecían negros como de gato al acecho, la dibujaba con su mirada rodeando hasta que sus ojos se encontraron.
 
—Permítame señorita acariciar con mis palabras su cuerpo y elevar su espíritu a los cielos —le dijo mientras sus ojos completaban con otras palabras el deseo de sus intenciones.

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