Mi sueño

 Ella recostada en mi pecho escuchaba mi corazón, yo la besaba en su frente, la sensación de su piel en mis labios me invitaron a seguir besándola, ella reacomodaba su cabeza de vez en vez para que yo pudiera alcanzar ya no solo su frente, sino sus ojos, sus pómulos, sus mejillas hasta alcanzar sus labios y al besarlos, nos sumergimos en probar por primera vez el sabor de uno y del otro, reconociendo a través de la piel nuestras almas, en el contorno de nuestras figuras. Largo fue el tiempo y ya sin parar, besé su cuerpo al mismo tiempo que la desnudaba y le di placer con mi lengua, con mis labios, con mis manos y con mi piel dentro de ella hasta llegar al paroxismo de nuestro regocijo orgásmico mutuo para quedar de nuevo abrazados, desnudos, con el aroma de amor, erotismo y sexo que flotaba en el ambiente de esa habitación transfigurada en el nido de nuestra relación por fin resuelta. Ella recostada en mi pecho escuchando mi corazón y yo, acunándola en mis brazos y mis besos hasta que el sueño nos venció, y el mío me hizo despertar.

Comentarios