Íngrimo

Mi tiempo es íngrimo

los paisajes son presurosos

los rostros se difuminan,

no caben a la vista 

ni en el corazón.


Se escucha la música a lo lejos

en violines y contrabajos, 

la poesía se vuelve etérea,

mis palabras, sentimientos,

siento la melarchía en la soleá


Los rostros se desvanecen

en atenuantes presencias,

en el dulce veneno de la impostura,

en la incertidumbre de un sí y un no,

figura la dura encrucijada.


Y en la voz del poeta

escucho venir, 

avanzando, implacable,

sin misericordia…

la miseria humana.


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