La confesión de un amante

Hoy necesito de ti, sentirte junto a mí, acariciarte con la mirada y las manos tu alma, tu ser, tu cuerpo. 

Venir a ti desde el cielo y llevarte a mí en los brazos. Quiero sentirte, mujer, por primera vez y por siempre, sentirte en mi alma, en mi piel, hacerme tuyo y que seas mía.

Encontrarnos en la tierra o en la luna, a la vuelta de la esquina, en cualquier parte, pero encontrarnos, para hacer de nuestros labios, el sello de comunión; de nuestros cuerpos, el erotismo; de nuestras almas, el amor y; ser, el uno para el otro, compañeros de armas y de vida para hacernos y recrearnos, inventarnos e imaginar mundos que nos eleven a nuestra propia divinidad. 

Estás en mi mente llena de matices, colores y claroscuros, siendo muchas y a la vez una, única,  presente, constante. Me entrego con amor a quien me ama.

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