Cocinando

Mientras se sirve drama en plato desechable,

la libertad se cocina en olla de barro.

El secreto no está en los chiles,

sino en saber esperar el punto exacto

donde el maíz se vuelve danza

y el agua, caldo de estrellas.

La olla que hierve despacio

termina alimentando a dioses,

no a demonios.


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