A la derecha en Olvido

Recorro caminos, me guía una voz etérea que no pertenece a nadie. Y como una advertencia escucho decirme
 
—A la derecha en Olvido.
 
Mi corazón se estruja y su sonido toma otro color, sombrío e irónico. Doy vuelta a la derecha en Olvido y paso por la calle resistiendo cada metro.
 
—Siga derecho y salga...
 
Salí de Olvido y no dejé el recuerdo atrás. De alguna forma nunca se olvida la belleza que nos deja la presencia de alguien. Seguí el camino a mi destino, aún con esperanza.

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